Por: Alberto Rodríguez y Valeria Ferrer Plata
Según la revista Semana, en 2020, las mujeres ocupan el 29% de las posiciones de liderazgo en las compañías y tan sólo el 15% de las posiciones de CEO’s a nivel global. En Colombia, las cifras también evidencian la necesidad de implementar acciones concretas para avanzar en equidad de género. De acuerdo con los resultados del Ranking PAR 2019, el 34% de los cargos de liderazgo son ocupados por mujeres, sólo el 27% de los cargos de CEO y el 25% de las posiciones en juntas directivas.
Las cifras anteriores no solo exponen la desigualdad de género a nivel laboral, si no, corroboran que en Colombia y el mundo, la brecha laboral entre hombres y mujeres cada vez es mayor.
Nadia Sánchez representante de la ONG “She is”, una fundación que invita a todas las mujeres a emprender y a cambiar la historia del conflicto por una historia de superación, indica que uno de los factores que incrementa la discriminación de género a nivel laboral es la oferta inequitativa de trabajo, ya que, según estadísticas de su ONG el 78% de las ofertas laborales van dirigidas a hombres y en su mayoría las personas que aplican a estas ofertas son mujeres.
La Afirmación de Sánchez es respaldada por un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde los empleos en sectores como educación, salud y cuidado de personas corroboran los estereotipos de género a nivel laboral.
“Las mujeres tienden a segregarse en sectores tradicionalmente considerados como femeninos, los cuales suelen ser de baja remuneración. Así, mientras que casi el 30% de las mujeres trabajan en sectores vinculados al cuidado (educación, salud y trabajo doméstico), entre los hombres estos sectores solo ocupan el 6%”, dice el estudio del BID.
En este mismo sentido, Nadia considera que la falta de confianza en las capacidades de las mujeres, es otro factor que aumenta esta brecha laboral, teniendo en cuenta que muchas de las ofertas laborales están diseñadas para los hombres debido a la concepción equivocada de que las mujeres no pueden suplir las funciones que tradicionalmente ha desempeñado el género masculino. Este comportamiento se evidencia principalmente en sectores como el transporte, la construcción y todos aquellos que demanden algún esfuerzo físico.
Sánchez también aseguró que los empresarios tienen la mayor parte de la responsabilidad en esta problemática, ya que, factores como el embarazo y la licencia de maternidad, que aumentan los costos de las empresas al verse en la necesidad de contratar a otra persona que supla las funciones a la mujer que se encuentra en licencia, influyen drásticamente al momento de elegir el personal.
