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Por: Karen Martínez y Gabriela Torres

Según la historia, hace más de cuatrocientos años corrió sangre en la depresión Momposina. Habitada por los farotos, conocidos como los indígenas más bravos y laboriosos de la región, Talaigua Nuevo fue testigo de las violencias infligidas por los colonizadores españoles a las mujeres de esta tribu. 

Durante las noches de caza y pesca, actividades realizadas por los hombres de la tribu, las mujeres eran vulnerables ante los deseos perversos de los españoles. 

Secuestraban, abusaban y vendían a las indígenas, siendo las niñas entre doce y trece años los objetivos más vulnerables, obligadas a convertirse en prostitutas o concubinas de los hombres españoles. Cansados por el abuso de sus esposas, hermanas e hijas, los farotos de Talaigua decidieron acabar con esto. 

Los trueques fueron el método utilizado por los indígenas, para obtener los recursos necesarios y lograr con éxito su objetivo: vengar a sus mujeres y hacer pagar con sangre los actos de los españoles. A cambio de sus amuletos y joyas preciosas, recibían retazos de tela con los que fabricarían los vestuarios que emulaban a la dama española. 

Integrante de la danza “Las farotas de Talaigua” en el malecón del río de Barranquilla el viernes 9 de Febrero del 2024 (El Punto/ Gabriela Torres Insignares) 

Así emboscaron a los intrusos, creyendo que detrás de sus faldas estaba el cuerpo de las mujeres que deseaban. Esa noche sus telas se tiñeron de rojo con la sangre de sus abusadores. 

Esta es la historia que ha acompañado generaciones en Bolívar y que se toma el escenario del carnaval de Barranquilla, siendo una de las danzas que consiguieron que esta festividad fuera reconocida como patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad por la Unesco. 

Actualmente, liderada por Mónica Ospino Dávila, la danza de las farotas de Talaigua, se ha convertido en una representación de la lucha por los derechos y protección de las mujeres. Con un mensaje fuerte busca empoderar a las mujeres para que sean sus pasos los que definan de sus historias. 

“Ese es mi empoderamiento, ese es mi mensaje como mujer para otra mujer, puedes luchar por tu dignidad” expresó Ospino.  

Integrante de la danza “Las farotas de Talaigua” en el malecón del río de Barranquilla el viernes 9 de Febrero del 2024 (El Punto/ Karen Sofía Martínez Calle)