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Por: Carlos José Acosta Castillo

Peter Kosanovic es el actual entrenador de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana. Durante años se ha dedicado al fútbol y su labor ha sido muy importante en el fútbol de nuestro país aunque haya tenido pocos reflectores. En este perfil, veremos un poco de lo que fueron sus inicios, su llegada a Colombia y su vida actual como entrenador.

Entre el ruido de los carros, el calor de 35 grados y las angostas calles, hay una cancha llena de arena en un barrio llamado ‘La Magdalena’. No tiene nada de especial, una extensión de arena que fácilmente podría ser una cuadra, un par de lámparas que la iluminan en la oscura noche y unas pequeñas gradas de concreto. Sin embargo, cada lunes, miércoles y viernes emerge una figura en ese mismo lugar, un hombre cuyo aspecto le delata. No es de estos lares, sus ojos y su voz dicen que ha tenido que hacer un largo viaje para estar en esa cancha de arena.

Cuando camina se le nota la seriedad. Los muchachos a los que entrena se les ve el respeto que le tienen cuando lo ven caminar, “Mauricio -le dice a uno de sus alumnos- estás despistado. No te concentras, estás más pendiente en peinado que en tu manera de jugar. Procura mejorar tu juego en vez de tu peinado.” Su carácter y manejo de grupo pueden ser engañosos. “Es muy teso”. “Es de pocos amigos”. Muchas cosas se pueden llegar a pensar de él, pero la realidad es que lo que se piensa está alejado de quién es realmente.

Peter Kosanovic nació en Belgrado, en la antigua Yugoslavia (que hoy en día es Serbia). Desde joven le gustó el fútbol, sabía que había nacido para eso. En las pequeñas gradas de concreto observa a los muchachos a los que entrena, como si recordara los tiempos cuando era capaz de tomar un balón y divertirse con él.

– ¿Empezó jugando, profe?

-Sí, jugaba, empecé en la calle como todos los muchachos, cuando tenía 14 o 15 años. No como hoy en día que empiezan los 5 años. Jugué en un par de equipos de mi país. Era bueno, no tenía nivel de selección, pero era bueno.

Mientras habla sigue viendo a sus alumnos, mira sus movimientos, cómo juegan.

– ¿Y cuándo empezó a dirigir?

– Bueno, terminé mi carrera como futbolista a los 34. Tenía un título como veterinario así que ejercí por un año como tal. Pero mi amor por el fútbol me llevó a inscribirme a una escuela de entrenadores.

– ¿Y cuál era?

-Comencé en la Escuela Superior de Entrenadores de Belgrado. También estuve en un tiempo en una Escuela de Colonia en Alemania.

Sus historias las cuenta como si hubiesen sido ayer. Recuerda que su primer paso fue en Ecuador, en el Nacional de Quito, equipo que hoy se encuentra en la segunda división del país.

-Lo que me llamó la atención del equipo era que no jugaba ningún extranjero -comenta- era un equipo 100% criollo.

– ¿En los otros equipos sí?

-Sí, en otros equipos como Deportivo Cuenca o Universidad Católica era usual ver jugadores de otros países, en Nacional de Quito no. Ahí estuve tres años hasta que me llamaron a Colombia.

Un pequeño traspiés

En su libro “El fútbol a sol y sombra” Eduardo Galeano describe la relación del técnico con su hinchada de la siguiente manera:

“La maquinaria del espectáculo tritura todo, todo dura poco, y el director técnico es tan desechable como cualquier otro producto de la sociedad de consumo. Hoy el público le grita:

– ¡No te mueras nunca!

Y el domingo que viene lo invita a morirse.”

El profe Peter tuvo un corto paso por Millonarios. Los titulares en los periódicos anunciaban su llegada con cierta duda y escepticismo: “Hace una semana era tan conocido como un billete de 80.000 pesos. Pero el sábado pasado se bajó de un avión siendo el nuevo técnico de Millonarios”, “Somos muchos los escépticos, pues usted no es conocido…”, “Peter Kosanovic (de pie), nuevo técnico de Millonarios no promete títulos, solo trabajo.” Eran algunas de las frases con las que periódicos como El Tiempo recibían al profesor.

Aunque muchos veían con buenos ojos su llegada, lo cierto es que el profe llegó en un ambiente plagado de problemas financieros, directivos y donde eran muchos quienes tomaban decisiones, menos el técnico. Solo 12 fechas pudo soportar Peter Kosanovic.

-Tenía un equipo con el trabajar -dice el profe- pero bueno, la presión de la hinchada y de los directivos hizo que fuera difícil continuar.

– ¿Entonces no fue el momento?

-Definitivamente no, había peleas tremendas, no se sabía de quién era el club. Por un lado, estaba el Chiqui García como socio mayor del club y por otro lado una agencia que investigaba los movimientos monetarios del club. Al final la presión del contexto y de la hinchada me llevó a renunciar.

Un salvavidas desde la Costa

Como si fuera un náufrago con la necesidad de alguna costa cerca para estar a salvo, el profesor Peter recibió la llamada desde Barranquilla después de su paso por Millonarios.

– ¿Cómo supieron de usted?

– Bueno el club estuvo al tanto de mi trabajo desde que llegué a Millonarios, querían técnico europeo y les llamó la atención mi trayectoria.

Peter Kosanovic llegó al Junior, no como director técnico de mayores, sino desde otro punto importante: las inferiores. Yesid Turbay (quién hoy trabaja en la Gobernación del Atlántico) lo contactó primero. El profe menciona la buena relación que tenían y que producto de ello, se dio un proceso que Kosanovic destaca como extraordinario.

-Llegamos a un club grande pero que no tenía organización en divisiones menores -dice-. No había un trabajo enfocado en un proceso a largo plazo. Se tuvo que traer otros entrenadores, capacitar y entrenar e, incluso, sacar a muchos que simplemente no tenían talento.

El profesor menciona con orgullo los nombres que hoy en día hacen parte del fútbol, jugadores con los que trabajó y que descubrió como: Teófilo Gutiérrez, Carlos Bacca, Guillermo Celis, Vladimir Hernández, José Luis Chunga y canteranos que fueron producto reciente del Barranquilla FC como Fabián Ángel y Luis Díaz, procesos en los que Kosanovic también fue partícipe.

Un amor que sigue

El profesor Peter vive el fútbol aún, de una manera distinta. Hoy en día trabaja en Combarranquilla y en la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana. Este último puede tomarse como su labor más destacada.

– ¿Todos quieren ser profesionales?

-Es la idea, muchos tienen el talento para hacerlo, pero antes que eso prefiero prepararlos para que sean mejores personas, no solo en la cancha, sino en la vida.

– ¿Cómo llegaron aquí?

-Muchos han tenido problemas sociales, la idea es que con el deporte se alejen de todo eso, darles una mejor oportunidad a través del fútbol. La regla es que cada uno debe o trabajar o estudiar, es mi regla principal aquí.

También recuerda a sus estudiantes de hace años, aquellos quienes tuvieron gran potencial y que a él le hubiera gustado dar un poco más de sí.

– ¿Tiene o tuvo estudiantes que cree pudieron ser profesionales?

-Tuve uno en Combarranquilla, Emanuel, muchacho muy talentoso. Lo invité varias veces a que entrenara en equipo de mayor exigencia, solo fue un par de veces. Le seguí insistiendo, pero no quiso. No sé si era falta de autoestima, confianza, si era flojo o que, porque tenía mucho talento. Creo que pudo llegar mucho más lejos.

Y es que Emmanuel también recuerda cuando estuvo bajo las enseñanzas del profe Peter. Era un muchacho que seguía al pie de la letra sus consejos y que cada día veía mejorar su juego.

-Cuando llegué a Combarranquilla y empecé a jugar el profe me tiraba indirectas -recuerda el joven con cariño- me decía comentarios como “Estuviste muy bien en este entreno, sigue así y estarás para cosas más grandes”. Eran palabras que hicieron que el profe se ganara un lugar en mi corazón ya que me brindó oportunidades muy grandes indiferentemente si las aproveché o no.

Emmanuel también recuerda que desde los 12 años el profe le bromeaba diciendo que prefería las mujeres y las fiestas para hacerle ver que desperdiciaba un gran talento.

-Quizá sí tuvo razón -comenta Emmanuel- y sí tenía el talento, pero jamás me propuse llegar más lejos.

Hoy en día Emmanuel sigue viviendo su amor por el fútbol a través del equipo de sus amores: el Junior de Barranquilla, y espera estudiar Derecho en la Universidad del Norte.

Fuera de las canchas el profe Peter lee, dice que le gusta la literatura de todo tipo y de vez en cuando lee sobre táctica. Le gusta el fútbol que casi nadie ve, el de su país, segundas divisiones. Tiene sus propias opiniones sobre los técnicos que se desenvuelven en el fútbol actual.

-Sigo de vez en cuando a entrenadores como Mourinho, Guardiola, Klopp. Pero no me gusta algo de ellos y es que llegan a equipos con dinero donde es más fácil todo. Si quieren a un jugador solo piden dinero y listo, no hay esencia. Por eso admiro entrenadores como Marcelo Bielsa. Ha hecho grandes trabajos como en Bilbao, donde los jugadores son solo de País Vasco. Recientemente su labor en Leeds me ha gustado, toma un equipo de segunda división y lo lleva a primera, me parece algo de admirar.

Después de una charla de fútbol, de conversar con sus colegas y darles consejos a sus alumnos la figura que cada mañana hace presencia en la cancha se va, sigue dando su 100% en lo que hace, sigue viendo el fútbol como un salvavidas y a sus 65 años no deja que las circunstancias, ni siquiera la actual, lo alejen del amor por el deporte rey.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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